La Asociación PROCABO ha tenido conocimiento de tres proyectos que, de llevarse a cabo, transformarían de forma irreversible el paisaje y la vida de Cabo de Palos: la iluminación de la subida al Faro, la posible remodelación y privatización del puerto y la construcción de un nuevo paseo por el lado sur del Cabo, sobre un sendero natural que hoy conserva la autenticidad del terreno rocoso junto al mar.
Estos proyectos no son meras actuaciones puntuales: suponen un paso más en el proceso de deterioro y banalización del entorno, donde se pierde el carácter natural y cultural que define a Cabo de Palos y que lo hace singular. La noche, que aún se mantiene como experiencia auténtica al borde del Mediterráneo, se vería rota por la contaminación lumínica; el puerto, centro de la vida pesquera y vecinal, corre el riesgo de convertirse en un espacio privatizado y alejado de su función social; y uno de los paseos más bellos y naturales del litoral, junto a los acantilados y calas históricas, podría convertirse en un recorrido urbanizado, iluminado y despojado de su esencia.
El concepto de contaminación lumínica se refiere a los efectos de la difusión en la atmósfera nocturna de la luz producida por fuentes artificiales.
Desde el punto de vista medioambiental, el exceso de luz nocturna tiene efectos tanto en los seres vivos, generando molestias y deslumbramiento, que afectan gravemente a aves marinas (algunas de ellas presentes en la Zona de Especial Protección para las Aves Espacio marino de Tabarca-Cabo de Palos, como el charrán común- Sterna hirundo-, o la pardela cenicienta- Calonectris diomedea) pero también a insectos, murciélagos e incluso al ser humano. A largo plazo, puede tener efectos graves en la salud, al producir fatiga mental y fisiológica, disminución de la capacidad de reacción, estrés, alteraciones del sueño, , cambios de conducta y del estado de ánimo. Los trastornos en el reloj biológico interno y procesos hormonales no solo afectan a la fauna, sino también a la flora, ya que puede alterar los ciclos de floración y de formación o pérdida de las hojas.
Desde el punto de vista cultural, la contaminación lumínica impide la visión del cielo nocturno y la observación de fenómenos, como la vía láctea o meteoros, que a lo largo de la historia han sido de gran importancia para el el pensamiento filosófico y religioso, el conocimiento científico o los avances técnicos (como es la navegación nocturna guiándose por estrellas o constelaciones).
Por todo ello, hemos
solicitado información oficial a las administraciones competentes (Ayuntamiento
de Cartagena, Servicio de Costas de la CARM y Autoridad Portuaria de Cartagena)
y reclamamos que se garantice un debate público riguroso, en el que se valoren
no solo los costes económicos, sino también los valores ambientales,
sociales y culturales que están en juego.
Desde PROCABO defendemos que el atractivo de Cabo de Palos está precisamente en su carácter natural, en sus paisajes nocturnos, en la sencillez de sus caminos y en la vida vinculada al mar y al puerto pesquero. Transformar estos valores en escenarios turísticos artificiales no solo supone un riesgo ambiental y paisajístico, sino también una pérdida cultural y emocional para vecinos y visitantes.
Cabo de Palos no necesita más iluminación, más cemento ni más presión turística: necesita respeto, cuidado y una gestión que preserve su identidad frente a la banalización.
Se puede consultar más información sobre la contaminación lumínica en el Documento de Trabajo de la Fundación Starlight, elaborado por las siguientes organizaciones internacionales:
- IAU ( Unión Astronómica Internacional)
- UNESCO-WHC ( Iniciativa Astronomía y Patrimonio Mundial)
- MaB (Programa Hombre y Biosfera)
- CIE (Comisión Internacional de Iluminación)
- OTPC-IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias)
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